La primera vez que conoces a alguien, no sabes que va a suceder, si esa persona pasara a ser alguien importante en tu vida o si solamente está de paso.
Todo comenzó con una simple clase de natación, como podría ocurrir en cualquier otro lugar, nos conocimos. Un año juntas en esa clase permitió que se formara un gran vínculo, una gran amistad.
Patricia:
Yo era tímida, reservada y me costaba abrirme. Cuando la conocí ví que ella era todo lo contrario: extrovertida, atrevida... No sabía cómo actuar, sencillamente decidí ser como era y ella así me aceptó.
Karina:
El día que la ví solo pensaba en caerle bien, parecía buena, sincera y amable, caracteristicas que raras personas tenian en ese momento a mi alrededor. Vi una pequeña oportunidad de poder abrirme como realmente era, y la intenté aprovechar.
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Patricia:
Aún recuerdo cuando quise quedar con un chico, por cierto, un tanto estúpido y cuando creí haber conseguido poder pasar una tarde con él, no apareció sencillamente no fue. Sentí rabia, rabia por pensar que valía la pena un maldito imbécil al que parecía importarle, pero no. Tras esperar media hora, me acerqué a la casa de la persona que yo sabía que me iba a apoyar y a animar. Gracias a ella, a Karina, pasé una muy buena tarde.
Karina:
Solo fue escuchar la petición con voz decepcionada de mi amiga y saber que me necesitaba para intentar por todos los medios posibles salir de casa a reconfortarla. Una persona del todo indeseable la habia hecho sufrir, y con eso, tambalear mi mundo. Ella era mi protección y mi salvavidas, y no podían hacerla daño mientras yo pudiera evitarlo, y con eso salí de casa con toda la intención de alegrarla.
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Todas la primeras entradas son las peores, no sabes cómo empezar, qué decir, qué escribir...
Pero poco a poco, con el tiempo, se mejora.
